Mantener
un equilibrio en la vida del cristiano no es fácil ya que se suele dar más
importancia o prioridad a unas cosas, mientras otras tantas las descuidamos. Y
el equilibrio que debemos de procurar tiene que ver con El gran Mandamiento y
la Gran Comisión que nos dejó Jesús. (Mateo 23: 37-40 y Mateo 28: 19 y 20).
La
vida espiritual requiere de una atención aun más concienzuda que cualquier otro
aspecto de nuestras vidas, ¿Cómo lograrlo? Una recomendación muy importante es
poniendo atención a lo que la Palabra de Dios nos ha enseñado, llevando por
ejemplo una bitácora o diario con nuestros progresos y avances o enseñanzas que
hemos adquirido, pero también con nuestros retrocesos y derrotas, en los cuales
somos poco a poco formados por Dios. Como siempre, apliquemos lo aprendido, sin
olvidar lo más difícil o lo que nos cuesta más trabajo, ya que ahí es en donde
obtenemos mayor madurez y conocimiento y eso finalmente nos dará el crecimiento
deseado y la semejanza a Cristo. Dejémonos guiar siempre y en todo momento por
el Espíritu Santo, que sea él quien nos haga crecer, sin perder de vista la adoración
que le debemos a Dios con nuestra actitud, obediencia y acciones, el
compañerismo demostrado con el amor al prójimo, el discipulado que aun seguimos
obteniendo cada vez que leemos y nos sumergimos en su Palabra, el ministerio
que es el servicio a Dios y por último el evangelizar compartiendo el mensaje
con los que no conocen su Palabra. Son muchas cosas, pero el equilibrio es algo
que El Señor también bendice y nos lo puede proporcionar si se lo pedimos en
oración.
GRACIAS; DIOS LOS BENDICE. KENIA ORTIZ.
Desde la reunión de líderes en Centro Cristiano Peniel.
0 comentarios:
Publicar un comentario